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A veces se nos olvida quienes somos o incluso no lo hemos descubierto aún porque desde muy pequeñas y a lo largo de toda nuestra vida, hemos estado interpretando varios personajes. 

¿Personajes? Quizás te estarás preguntado a qué me refiero ya que cada uno somos “una” persona. Pero todos y todas somos a la vez únicos y también somos un todo. Somos la suma de nuestros valores, nuestros aprendizajes, nuestras sensaciones y emociones. Primero nacimos y luego, conforme vamos creciendo, construimos nuestra personalidad poco a poco. Todo lo que nos enseñan y aprendemos, todas las experiencias que vivimos, lo que leemos, vemos, escuchamos, las personas de nuestro entorno, familia, amigos, mentores, todo contribuye a formar nuestras creencias y nuestra identidad. Aprendemos a adaptarnos a nuestro entorno. Desarrollamos estrategías distintas según las situaciones en las cuales nos encontramos. Sacamos partes de nosotras o las escondemos según las reacciones de los demás y las consecuencias de nuestros actos. Al principio de nuestra vida, es como actuar de forma “prueba-error», todo es un test. Aprendemos a ser amables en algunas circunstancias, a ser más distantes en otras, a dejarnos llevar con ciertas personas y a contenernos con otras. Como unos actores en una obra de teatro, aprendemos a jugar el papel de distintos personajes en función del contexto. Algunos personajes requieren más esfuerzo, más trabajo por nuestra parte y otros nos salen de forma más natural. Igualmente algunos nos hacen sentir más felices, más libres y otros nos pueden hacer sentir reprimidas, frustradas, pero seguimos intercambiando papeles para encajar o conllevar una situación callando nuestras sensaciones. Incluso a veces, podemos llegar a esconder en el fondo de nuestro interior algunos de nuestros personajes que nos hacen muy felices porque pensamos que no son apropiados o que no tienen derecho a salir a la luz. Los dejamos en la sombra y autorizamos otros personajes a ser visibles a pesar de no hacernos sentir completos. Y podemos aguantar así toda la vida, pero al final, ¿a qué precio?

 

Todos estos personajes que interpretamos son parte de nosotras y tienen derechos de estar. Cada vez que reprimimos uno, es como dejar de ser nosotras mismas al cien por cien. Si conseguimos intercambiar los papeles según el contexto y dejamos que salgan todos “por turnos”, se llama adaptarse. Pero cuando decidimos encerrar uno, o varios, de nuestros personajes bajo llave, sin dejarlos salir nunca más, borramos partes de nuestra personalidad, de nuestra identidad y al final es como prohibirnos existir y ser tal y como somos. Nos cortamos las alas y a veces, puede impedirnos sentirnos realizadas y generarnos cierta angustia.

Para poder paliar este inconveniente, es importante reflexionar sobre nuestros deseos y necesidades, y descubrir cuales son todos nuestros personajes y qué papel tiene cada uno de ellos. Porqué algunos nos serán más útiles que otros, algunos más adaptados a nuestro entorno, otros existirán para ayudarnos a aguantar situaciones, otros para ser parte de un grupo o una tribu, otros para pasar desapercibida, otros para destacar, pero todos tienen un fin específico. Y decidir cuales ponemos a la sombra y cuales dejamos salir a la luz, también dice mucho de su función y de la necesidad que buscamos conseguir actuando de este modo. Realizar este análisis nos permitirá ver cuales son nuestras necesidades y sobre todo ver si siguen siendo importantes para nosotras. Porque evolucionamos constantemente durante toda nuestra vida. Todo puede cambiar, nuestros gustos, nuestra forma de ver las cosas, nuestras relaciones, nuestras creencias, nuestros valores, nuestra forma de reaccionar ante las situaciones, todo. Al fin y al cabo, crecer y evolucionar es uno de los principales objetivos de nuestras vidas.

Sin embargo, solemos actuar por costumbre y generamos rutinas que no necesariamente cambiamos según vamos avanzando en la vida. La mayor parte del tiempo, estamos en modo piloto automático por lo cual no cuestionamos nuestros actos a pesar de sentir que nuestros comportamientos ya no nos permiten conseguir el nivel de satisfacción esperado. 

 

Por eso, este trabajo de reflexión y de análisis nos ayudará a determinar lo que realmente nos importa hoy, y solo hoy, para poder actuar en conciencia y decidir de qué personajes necesitamos realmente para sentirnos vivas y realizadas. Nos permitirá así priorizarlos y quizás dejar salir del armario algunos que habíamos hasta olvidado.

 

En Rekilibrium, te acompañamos en esta búsqueda del bienestar y de la felicidad. Porque a veces, identificar nuestros personajes y analizarlos no es una tarea fácil y menos desempeñar este trabajo profundo sobre nuestras sombras. Estos descubrimientos nos pueden conmover, emociones reprimidas pueden surgir y puede que necesitemos una ayuda psicológica. Por esta misma razón contamos con una psicóloga muy experimentada en el equipo, que te permitirá profundizar en toda seguridad y de una coach para apoyar todo el proceso y conseguir mejorar tu calidad de vida de forma integrativa.

 

Hélène B.