Del estrés a la armonía
El ritmo de la vida actual y todas las exigencias de nuestra sociedad moderna nos pueden llevar a alcanzar niveles de estrés muy elevados. Cada vez nos volvemos más exigentes con nosotras mismas, con los demás y los demás con nosotras. Parece ser un círculo cerrado. Tenemos que cumplir con todos nuestros papeles, trabajadora, madre de familia, novia, cuidadora, amiga, hija, abuela… Y con tanta carga mental y física, se nos olvida pensar en nosotras y sobre todo, no nos autorizamos parar para pensar en cómo nos sentimos y en lo que necesitaríamos para sentirnos mejor. Al final, es muy fácil perderse a si misma en el camino, olvidar ser la Mujer que somos, nuestra esencia, y dejamos en el último plano lo de auto-cuidarnos, respirar, descansar, alimentarnos bien y otorgarnos momentos de paz y tranquilidad.
Quizás todo esto te suena mucho y te sientes hasta identificada en estas situaciones pero te parece imposible encontrarle un remedio. ¡Tranquila, es completamente normal!
¿Y si te dijera que es más simple de lo que piensas? Que al dedicarte tan solo unos minutos al día puedes lograr devolverle un equilibrio a tu vida. Y además con acciones muy sencillas y fáciles de aplicar en tu rutina cotidiana. Si no te lo crees, sigue leyendo.
La primera clave es el movimiento
Como Seres humanos estamos hechos para movernos. El movimiento, como la respiración, es una necesidad para vivir y encontrar nuestro equilibrio. Hoy en día pasamos más tiempo sentados que de pie (Trabajando, jugando, viendo la tele o estando en las redes sociales etc). Pero tranquila, no estamos hablando de ponerse a hacer deporte de forma intensiva. Unos 30 minutos de movimiento diario pueden reducir la hormona del estrés. Yoga, andar, correr, snacks de movimientos, estiramientos o cualquier otra actividad física que se te pueda ocurrir ayudan a liberar endorfinas y mejorar el estado de ánimo. Oxigena tus células cerebrales y permite escapar del día a día y de todos los pensamientos durante un momento ya que ayuda a reconectar con nuestras sensaciones corporales y a estar en el presente.
La siguiente clave es la respiración
Cuando estamos estresadas, nuestros ciclos de respiración tienden a acortarse, generando una falta de oxígeno que puede causarnos fatiga y nos puede nublar la mente. Igualmente, una respiración rápida y superficial puede provocar un aumento en la frecuencia cardíaca, ya que el cuerpo se prepara para la respuesta de «lucha o huida». Esto puede llevar a un aumento de la presión arterial. La respiración acortada también puede contribuir a una mayor tensión en los músculos del cuello, hombros y espalda, lo que puede causar dolor y malestar físico. Todos estos efectos pueden estar relacionados con el estrés pero a la vez lo mantienen. Se convierte rápidamente en un círculo vicioso en el que estamos atrapadas sin ni siquiera darnos cuenta. La buena noticia es que reaprender a respirar, mediante técnicas sencillas, no requiere que le dediques tiempo sino simplemente un poco de atención.
La tercera clave es la alimentación nutritiva
No se trata de elaborar platos de Master Chef o de pasar horas en la cocina sino simplemente seleccionar alimentos que van a nutrir nuestro cuerpo. Cuando hablamos de alimentos nutritivos, nos referimos a alimentos ricos en nutrientes tal y como vitaminas y minerales. Aportaremos alimentos ricos en magnesio, vitamina C, y antioxidantes que ayudan a relajar el sistema nervioso. Consumiremos también alimentos ricos en prebióticos (como el ajo, la cebolla, el plátano, el shitake, granos integrales etc) y en probióticos (como Kefir, yogurt, miso, chucrut etc) que permiten equilibrar nuestra microbiota. Intestino y mente están directamente conectados así que cuidando de nuestro intestino, cuidamos de nuestra mente y de nuestro equilibrio emocional.
La última clave que te voy a dar hoy es la implementación de una rutina de autocuidado con actividades off-line
Puede ser tan fácil como desconectarse de lo digital (tabletas, ordenador, móvil, tele…) por la noche y crearse un espacio de armonía en casa, aunque sea solo un rinconcito en una habitación. Puedes usar luces cálidas, aromas calmantes y suaves y música relajante para crear un entorno de paz. Puedes optar por leer un libro o simplemente tomar un momento para respirar o estirar el cuerpo con suavidad, ponerte una mascarilla en el rostro o en las manos o pies, tomar una ducha caliente en plena conciencia o darte un automasaje corporal o facial. Puedes buscar otras actividades que te relajan como manualidades por ejemplo o meditar.
Todas estas claves son solo unos pocos ejemplos de todo lo que se puede implementar para conseguir volver a la armonía en periodos de estrés. Con nuestros programas, hemos desarrollado herramientas y técnicas que ya han permitido a cienes de mujeres reencontrar el equilibrio en su vida de forma agradable y sencilla, reconectando con su energía femenina y con su verdadera esencia.
Hélène B.